miércoles, 12 de enero de 2022

La curación a través de un Curso de Milagros

 ¿Dónde hay que curar? En la mente. Para que un pensamiento se convierta en carne hace falta una creencia. 

Podemos también usar medios para sanar nuestro cuerpo, mientras tomamos conciencia de que donde realmente tenemos que cambiar es en nuestra mente. Los pecados de los padres se heredan desde la cuarta y tercera generación, entendiendo pecado como información. Los pecados se trascienden gracias al perdón, a la toma de conciencia, que lleva a la liberación.

Alégrate de poder ver tus creencias y de poder trascenderlas, a través de un Curso de Milagros, porque eso se podrá traducir también en tu corporalidad.

Vivimos en un mundo dual, que significa separación y eso sostiene el miedo. La enfermedad tiene su origen en que buscamos fuera lo que en realidad tenemos dentro.

Nuestro cuerpo está interconectado con nuestra mente y alma. Todo tiene una resonancia que se acaba reflejando en nuestro cuerpo. El alma es un vehículo que no está sujeto a las leyes del espacio-tiempo y me permite experimentar muchas situaciones según nuestro nivel de conciencia. 

Cuando hablamos de curación y plenitud, la curación siempre es integración de las polaridades. Conocemos la alegría porque conocemos la tristeza, es decir, cuando envío hacia fuera mi culpabilidad en realidad lo que estoy haciendo es que mi mente cree que las causas de lo que todo me ocurre está fuera. La causa de lo que me ocurre soy yo y lo reflejo en el exterior. 

Creemos que para amar de verdad hemos de sacrificarnos y eso no es cierto porque eso es una forma de egoísmo para cambiar algo que no nos gusta. El que no se ama a sí mismo, se sacrifica.

Tú crees que eres responsable de tus actos, pero sobre todo eres responsable de nuestros pensamientos porque desde ahí lo están creando todo. Hemos de ser plenamente conscientes y mantenernos bien alerta sobre los pensamientos que tenemos y a los que les damos vueltas. Esos pensamientos crean emociones y eso se acaba reflejando en nuestro cuerpo.

La culpabilidad y el miedo van muy unidos. El Espíritu Santo no nos va a pedir nada que no estemos dispuestos a hacer.

Cuando uso el pensamiento y detrás hay una creencia, eso se manifiesta en mi vida física y en mi vida corporal. 

Hemos de saber gestionar las dos polaridades. El sendero del medio es saber entre la alegría y la tristeza, es decir, entre esas dos tensiones. Cuando estoy muy atento a qué pensamientos y juicios hay en mi mente, nuestra mente empieza a sanar y a estar en un estado de paz. El recurso para sanar la separación está en la expiación y cuando somos conscientes de que realmente nos estamos proyectando. A través de la proyección nos podemos conocer a nosotros mismos. 

El error es que creemos que estamos separados del Creador y eso nos hace vivir en la ilusión y eso es el desvío hacia el miedo y en consecuencia hacia el egoísmo y el ego empieza a surgir.

¿Cómo nace el ego? En la creencia en la separación, primero yo, primero yo.

La enfermedad es una búsqueda externa. La salud es la paz interna.

Para la paz mundial hemos de retirar las proyecciones personales. Enric Corbera no dice que dejemos de proyectar, porque lo hacemos constantemente, pero las proyecciones me sirven para invertir la causa sabiendo que eso está en mi. Lo que sugiere el Curso de Milagros es fijarnos en las proyecciones para así encontrar la causa.

¿Por qué vivimos en separación? La conciencia cósmica o Divinidad siempre se está extendiendo por todas partes y lo sustenta todo. Cuando yo me siento separado, sigo estando soportado por esa conciencia divina. Tú puedes impedir que brille a través de ti, pero te sigue sustentando. El bienestar emocional y la paz que buscamos no está fuera, está dentro. La enfermedad es una búsqueda externa. Mientras siga buscando la paz fuera, voy a estar en permanente conflicto, en enfermedad.

La expiación es el primer punto de los milagros, es decir, reconocer que estoy cometiendo ningún error y pido cambiar esa información. No he de pagar por haber hecho nada, no existe el pecado. En un curso de milagros no hay pecados, sino errores. Los milagros lo que hacen es sanar tu percepción, te despierta, te hace ver que hay otra forma de ver las cosas y para ello es necesario el perdón. La expiación es un recurso que te da el Espíritu Santo, un acto de amor, tomo conciencia de que cometí un error y me rindo a mi forma de ver la vida, es decir, quiero ver de otra manera. La expiación desvanece los errores del pasado haciendo que deje de repetirse la situación. No hace falta que juguemos a la culpabilidad. Dios no juzga, ya nos juzgamos nosotros.

Los milagros inducen a la acción, a cambiar mi percepción. El milagro no hace, deshace. Y para ello es necesario el perdón. Los milagros son naturales y no hay diferentes niveles de dificultad para lograrlos.

La expiación es un acto de amor, dice que hay que vivir en el presente y soltar el pasado. Las experiencias se nos repiten porque no cambiamos nuestra forma de ver y entender la vida.

El cuerpo no puede crear. Hace falta para ella una creencia.

En bioneuroemoción puedo tratar cualquier síntoma y para ello he de comprender. De la mente o de la consciencia surge la materia. Al ampliar nuestra consciencia, estamos cambiando el mundo. La magia es creer que el cuerpo es el causante de mis propias enfermedades. 

La curación siempre es integración. Eso implica que hay que saber buscar el sendero del medio. Cuando estás en el Tao, no caes en la trampa del juicio. Jesús dijo que cuando se integraran las dos polaridades entraremos en el Reino de los Cielos.

La curación es importante mientras vivamos en el mundo dual. Trata los síntomas de la manera que tú creas convenientes y luego buscas dónde está en tu interior esa creencia, esos valores, etc. Entonces cuando dejes de buscar culpables e integres la información.

La curación se basa en la caridad, que es una forma de percibir la perfección en otro cuando no puedes verla en ti mismo. El miedo es una tensión entre aquello que haces y lo que quieres hacer. Si le tienes miedo a algo, estás admitiendo que algo tiene el poder de hacerte daño. Entonces si te rindes al Espíritu Santo y él deshará este miedo. 

Tus acciones son el resultado de tus pensamientos. Las personas no tienen por qué cambiar de conducta, pero lo que sí tienes que cambiar es de percepción.

Si prestas atención a tu mente y te disocia de ella. Todo pensamiento produce forma en algún nivel.

Toda curación es la liberación del miedo.

Si un número suficientemente de nosotros tiene conciencia de milagros, podremos utilizar el tiempo de manera 

Puedes decidir si PERDONAR o JUZGAR y ahí tienes la clave para ser feliz. La única carencia es tu sensación de estar separado de Dios, es decir, no tenemos que privarnos ni limitarnos.

https://www.youtube.com/watch?v=m4y74jWSq64 


 

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