sábado, 27 de noviembre de 2021

La sanación, según el Zhi Neng Qi Gong

 Para el ZNQG la enfermedad es un desequilibrio dentro de nuestro interior entre el cuerpo, la mente y el chi; un desequilibrio con las personas con las que nos relacionamos ; o con la naturaleza. 

El ser humano podemos imaginarlo como un árbol. La medicina convencional se enfoca en las hojas o en los frutos, la medicina china iría más allá, es decir trataría el tronco: se centraría en los meridianos o canales de energía. El árbol entero no lo trata. El zhi neng sí va a la raíz del problema, va directo.

El ZNQG es fantástico. Lo mejor es que con él podemos prevenir las enfermedades. Es la única que trabaja a nivel global el ser humano y es la base del resto de las terapias (ejemplo: acupuntura).

Con el ZNQG vamos a curarnos a nosotros mismos, vamos a despertar nuestra conciencia, vamos a descubrir nuestro ser verdadero y vamos a trabajar desde el estado del ser verdadero la autosanación desde ahí. Lo vamos a poder hacer toda nuestra vida y nuestro estado emocional y físico va a cambiar totalmente.

Lo que hay que curar es el cuerpo físico, el campo de chi (sobre todo el del sistema inmune), las emociones (tanto la que nos provoca la enfermedad como el sistema endocrino, esas hormonas de la felicidad, de la calma, de la paz, de la tranquilidad), la información de la enfermedad (hemos de cambiar el estado mental, cuando eso cambia, todo es fácil).

El dantien superior (el centro de campo de chi mental, de la conciencia), medio (emocional y mental), inferior (espacio de campo físico, mental y emocional). La conciencia y las emociones afectan al campo de chi físico. La conciencia y la mente afectan a las emociones.

Tenemos un campo de chi (esfera) que nos rodea en todas direcciones (60-80 cm de media). Cuando llega un agente patógeno (virus, bacteria, humedad, energía, etc), penetra en ese campo de chi físico o puede que no pueda penetrar porque nosotros seamos muy fuertes.

La comida y el aire entran desde el exterior al campo de chi físico y si nuestro campo de chi del sistema inmunológico fuerte, es rechazado. Si logra entrar, el campo de chi de esa zona empieza actuar (es la segunda barrera, por ejemplo, el campo de chi del pulmón) y puede ser que lo rechace y lo envía a otro lado (ejemplo: al riñón) y puede ser que el riñón lo puede expulsar o no. Eso explica que en acupuntura se traten diferentes zonas.

Si no puede el pulmón, por ejemplo, con ese patógeno, entra el tercer nivel (la tercera barrera): el sistema de membranas. Éste es el sistema que separa, los pequeños espacios entre las células, entre los tejidos, entre los órganos, entre la piel y el músculo. Ahí el sistema inmune desarrolla la mayor batería de todo lo que tiene. Si todo esto nos supera (si no fluye por los espacios) se produce un bloqueo.

Para el ZNQG la enfermedad es un bloqueo, que puede ser de dos tipos: que la barrera no se abra y otra quede demasiado abierta (encharcamiento). Se estropea el mecanismo de abrir y cerrar. 

Bloqueo: piedra, tumor. Estas enfermedades debidas a bloqueo son las mayoritarias (85%) y son las más fáciles de curar.

Las debidas a que se queda abierto las hay más difíciles y más fáciles de curar. Ej: colitis, sangrado, prolapso.

Un tercer tipo: una hemorragia cerebral debido a un ateroma (es un bloqueo por el colesterol que produce una hemorragia, por tanto es una mezcla de ambas).

Si fluye el chi no hay bloqueo, no hay enfermedad, no hay dolor. Por eso, el trabajar el abrir y el cerrar es muy potente.

El mecanismo de abrir y cerrar, concentrar y dispersar, contraer son muy importantes en el ZNQG. 

Para la sanación lo fundamental es CREER que podemos sanarnos. Los marcos de referencia vienen por la parte interna (nuestros conocimientos, experiencias y personalidad) y externa (doctores, amigos, cultura). Si nos dicen que es imposible que nos podemos sanar de algo y nos lo creemos, es difícil creer que nos podamos curar con la mente, con la conciencia.

Cuanto más sencilla es la gente, más sencilla es que sane. Cuanto más mental, más perfeccionista a nivel racional y lógico más cuesta que sane. HAY QUE CREER.

Para cambiar nuestro destino en la vida es creer que podemos hacerlo. A veces es suficiente simplemente con eso y a veces hay que hacer un poquito más. 

La enfermedad es el pasado (los medicamentos, lo que nos han hecho, etc). Hay que tener una visión de presente. Hay que visualizarse.

La enfermedad como ha venido se va. Fluimos. El flujo del chi puede hacer que la enfermedad igual que vino se vaya.

Una chica que en el futuro no concibe otra vida en la que no tenga que inyectarse insulina, es más complicado que se sane. Hay millones de futuros: de enfermedad y de sanación. Elijamos el de sanación. Para lograr desanquilosar la mente podemos cambiar nuestras rutinas (ejemplo: cambiar el orden en que hacemos las cosas, voy a probar comida nueva, abrir mi corazón y mi mente a nuevas posibilidades).

El sentirte mal cada vez que ves a una persona también es un hábito. Si yo hago cambios de rutinas me enseñan que también puedo cambiar las rutinas emocionales y la enfermedad también la puedo cambiar.

El origen de la enfermedad (es decir, donde se ha producido y cómo se ha producido) es lo que hay que cambiar (mi mente, mis hábitos de vida, etc.). 

El segundo paso es detener la información negativa (no hacerle caso, aceptar lo que venga, aceptar que lo que va a venir es positivo). Busca algo positivo que te haya venido por la enfermedad (ejemplo: has descubierto qué amigos realmente te aprecian, has aprendido a cocinar otras comidas, etc.) y acepta totalmente lo que te venga y disfruta del presente, estés como estés y tener una clara visión del futuro con salud te da mucho poder. Abre tu mente y tu corazón: no pases por hacer cosas que realmente no quieres. ¿Cómo te gustaría vivir los tres últimos días de tu vida? No esperes a pedir perdón, decir gracias o reconciliarte.

La enfermedad ha venido para enseñarte algo que hacía falta que tú aprendieras y estará allí hasta que las aprendas. A veces es difícil y en ese proceso vas a conocer mucho de ti misma. Tengas lo que tengas de vida, debes vivirla conscientemente. Abre tu corazón, deja el fardo del sufrimiento (olvídalo), céntrate en el presente, céntrate en lo positivo de la enfermedad, fluye y estás a nada de sanar (puede ser que sea rápido o no, pero vivirás disfrutando la vida y estarás en el camino de sanar).



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