La contaminación electromagnética es un fenómeno que parece que, como tantas otras injusticias, depende de intereses económicos de unos pocos (compañías telefónicas y gobiernos corruptos) y por tanto será necesaria mucha presión social para conseguir que esté regulada en base a una normativa coherente, y no como la actual, en la que los niveles permitidos distan de ser los adecuados.
Son muchos los científicos que están demandando que se legisle a favor de las personas y no de las grandes compañías, pero parece ser que vale más el dinero de unos ineptos poderosos que todo el saber acumulado por los estudios objetivos de muchos científicos.
Si estás frustrado por ver cómo se creen con derecho a imponernos vivir bajo un manto de ondas perjudiciales sólo porque ellos obtengan beneficios económicos superiores, te recomiendo que pases a la acción y te pongas en contacto con la plataforma estatal contra la contaminación electromagnética y te pongas manos a la obra para ser parte del cambio.
http://www.peccem.org/inicio.html
Desde mi punto de vista, lo más importante es que la sociedad rechace estos peligros sin dudar de si sólo será una tontería desconfiar de esos aparatos inhalámbricos que compro en las tiendas y de esas antenas que nuestro gobierno permite instalar. Por ello, si te preguntas tú qué puedes hacer, lo que puedes hacer entre otras cosas es investigar sobre esto para darte cuenta de la importancia de estos hechos y, una vez concienciado tú, lograr hacer reaccionar en este sentido a tus círculos de amistades y difundir información a través de tus medios (facebook, blogs, etc). El objetivo es que las personas no se dejen engañar por unos medios de comunicación que apenas nos hablan sobre este tema y que si lo hacen muchas veces es de manera engañosa para que la gente no tenga claro el peligro de esto.
En internet puedes encontrar muchos artículos científicos que te ayudarán a entender que todo esto es real y que en la televisión sólo nos hablarán de esto en un documental de la 2, como mucho. O bien saldrá el personaje de turno enviado por las compañías multinacionales para quitarle importancia al asunto y decir "en España no se supera el límite legal establecido", cuando se sabe perfectamente que el límite legal está muy por encima de lo que debiera ser.
Nos ponen la excusa de que no se podría ser un país desarrollado tecnológicamente si los niveles fueran reducidos, pero esto no es cierto tal como lo demuestra un país que si no recuerdo mal era Suecia, donde los niveles permitidos son muy inferiores a los de nuestro país y, como por todos es conocido, en absoluto es un país retrasado en cuanto a nada, sino todo lo contrario. Simplemente es que la población allí está más concienciada y no deben haber permitido lo que sí se ha permitido en España.
Con firmeza y en base a estudios científicos, la población puede protegerse de la ignorancia y así nunca aceptaría que se nos impusiera vivir con ondas a unos niveles tan superiores.
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