Hay un camino de conciencia que es muy lento: las terapias. Hay un camino de acción.
En el diafragma, en el plexo solar está encadenado todo. Las emociones pertenecen al segundo chakra y al plexo solar. Quien tiene la energía, consigue lo que quiere. Quien acumula suficiente energía en su envoltura brillante, pone conciencia en todo lo que toca. Quien sólo tiene energía en las plantas de los pies porque su forma de vida y los parásitos se la han chupado, no puede hacer nada.
La clave del chamanismo es la energía para despertar en los sueños, ser uno con todas las cosas, para fundirse. Al final sólo hay uno: el Ser, el Gran espíritu. Esa conciencia que se extiende por todo la podemos abrir cuando acallamos la mente parásita del plexo solar. Hay que vivir el éxtasis de cuando teníamos cuatro años, igual que es importante recapitular (amar el dolor, resolver el dolor, saber la causa de lo que está sucediendo). Si algo nos duele mientras estamos meditando, hay que centrarse en ese dolor para que aparezca la causa.
Los demás nos sirven de espejos y casi siempre tienen razón.
El mundo invisible nunca responde si no llamamos. Todo el universo es Yo soy. Yo no hablo con los Arturianos, sino con esa parte de mi que es Arturiana. Cada vez que pedimos ayuda al exterior, pensando que nos va a salvar alguien, es una locura. Si no unimos lo que aceptamos de nosotros (El ego) con lo que no (la sombra) nunca alcanzaremos Yo (con un radio de energía divina en nosotros). Que sepamos que la sombra, al aceptarla y escucharla, estamos en armonía y cada vez interfiere menos. Cuando ese Yo tiene que ir al otro lado (al otro Yo).
Una vez que pasas al otro lado (la meditación profunda, la fusión con la naturaleza, el Ensueño) ya sabes demasiado. Siempre tienes que entrar en trance (cambiar tu nivel de conciencia a otra conciencia más alto) para entrar a la grieta entre los dos mundos. Así puedes encontrar otro cuerpo. Es decir, ese trance parte de desconectar los sentidos externos (dejar de sentir el cuerpo físico) y esa es la clave para entrar adentro. Cuando pasamos la grieta de los dos mundos, entramos en un cuerpo distinto a este (un cuerpo de fuego) y luego está la Merkaba (que ya no es humanoide, sino como un huevo). Cuando entramos allí tenemos, por tanto, otra funda. Por eso aquí hay sufrimiento y muerte y allí no. Si las personas conocieran ese otro mundo, las palabras tienen poder y pueden decir: ahora a volar y vuelan.
El ser humano no vive en la Tierra, sino que muchos más que los que vienen, viven en el Astral.
Hemos de integrar la primera (unir el Ego con la Sombra), la segunda y la tercera dualidad: es decir, unir el Yo soy con el vacío.
El chamanismo es la ciencia del contacto con la Naturaleza y la Vida. Entrar en él es entrar en un mundo de percepciones distintas a las que estamos acostumbrados. El sonido interior nos trae los sonidos que nos acompañan desde y las voces de nuestra presencia Yo soy, nuestros guías o de la parte infernal, dependiendo de la frecuencia. Si no hubiera nada de energía subiendo, no podríamos amar, ni siquiera de forma posesivo.
Del canal que es la columna vertebral del cuerpo de luz (entre la fontanela y el perineo) ahí se producen todos los misterios. Según vas subiendo, vas elevando la frecuencia. Ese camino de los Dioses es lo que cada ser humano tiene que hacer, independientemente de su tradición.
Hemos de abrir la conciencia. Adorar a una diosa ahí fuera es vender tu alma al diablo. Los devotos son por tanto esclavos del infierno, porque ponen su poder en fuerzas ajenas a su Yo soy y por ello están enviando sus energías a depredadores. Entregar nuestro poder a cualquier estatua de por ejemplo la Virgen, los depredadores comen de esa energía.
La Naturaleza toma un papel distinto. Muchos árboles centenarios nos ayudan y no hace falta ser buenos visualizadores. La sensación ha de ser superior a la visión.
Hemos de alcanzar un poco el silencio para desconectar la mente parásita, recuperar la mente infantil que se quedó bloqueada a los doce años. La mente parásita es la que nos pusieron los depredadores para que tuviéramos su mente (el miedo y la agresividad no pertenece a lo humano,) ahí, que tiene sólo el interés en que tengamos crisis emocionales para alimentarlos. ¿Cada semana viene alguien a cabrearte? No. El día que esa mente se calla, nuestra mente natural de niño es pacífico y bastante silenciosa y es una mente que nos permite abrirnos como en el chamanismo al mundo.
La clave del trabajo interior puede resumirse en:
1) Tú observas algo (yo me concentro eso)
2) No yo, sólo eso.
3) Ya no está ni eso, sólo el Espíritu.
Ahora hacerlo mirando el árbol. A los 20 min soy árbol. Tras 20 min ya dejo de ser árbol, me convierto en todo.
En el momento en el que tú ya no te distrae y la mente parásito no te interfiere cada tres segundos, aparece la mente de niño. Por eso es importante recordar las experiencias que de niño, que simplemente vuelvas a a estar fundido con todo. Da igual lo que fuera, ver el mar, ver una nube que cambia de forma. Estamos tan lejos de la realidad que una hay algunas personas que recapitulan verdadera y entonces la muerte no puede llevarles, porque les dan la copia de las emociones que han llevado y hay gente que no mueren con este cuerpo. Ni siquiera es un objetivo que haya que lograr.
La magia está en todos para llegar menos lejos, pero en grupo. Vinimos a este mundo cuando ya estaba hecho. Cuando ya hemos alcanzado cierta frecuencia, seres que no participaron en nuestro condicionamiento pueden venir a ayudarnos para salir de él. La clave de la matrix es el sistema por el cual cuando mueres, vuelves aquí otra vez. Es decir, aunque vengas de la séptima dimensión, ya no sales de aquí. Por suerte estamos ya al final del ciclo para que una dimensión mucho más alta que la tercera para que un tercio de la humanidad pueda amanecer en la nueva Tierra (ascender), es decir, miles de millones. Hay otras Tierras esperando a los dos tercios que no están dispuestos a ascender en estos momentos.
El chamanismo es trabajar nuestra propia recapitulación del pasado a través del perenigraje y de las caminatas, a través del aire libre, conocer la espacialidad (una cualidad tántrica, convertirnos en uno con el espacio abierto) para conocer el Ser (el Gran Espíritu). El chamanismo nos une a los elementos. Si tenemos a un elemento como Guía, en vez de a un humano, llegaremos muy lejos, pero sólo las grandes almas lo tienen. El fuego habla, las rocas, los cristales, el agua, etc.
En la vida, cómo limpiar tus emociones con el agua. El sentimiento pertenece al presente. La emoción al pasado o al futuro. Luego vendrá el fuego, luego descenderá la energía de vida y luego bajará algo más. Tierra, agua, fuego, aire, expansión del corazón. Integrar también lo negativo en la vida, es decir, el cabreo también nos es útil porque nos dan energía.
Venimos con nuestra sombra y la clave es alcanzar un tercer punto que integre luz y oscuridad. Elegir uno de los dos extremos en una dualidad es perder el control. La idea es ni luz ni sombra. ¿Realmente pensáis que siempre hay que honrar al padre o a la madre? Si te da toxicidad, le dices que si sigue hablando así, tardarás dos meses más en volver.
Hay que pedirle perdón a la sombra por no haberle hecho caso. Luego llegar a un acuerdo con ella y cumplirlo. ¿Hay que estar toda la vida con la sombra? No. Hemos de dedicarle un tiempo (unos nueve meses o menos) para recapitular: es decir, devolver las emociones que han dejado en ti y recuperar las que tú dejaste en ellos.
Cuando tú recuerdas a los amigos a los cinco años, ves si hay todavía algún filamento unido y si hay alguno grueso, hay que limpiarlo.
Si tenéis mucho conflicto con vuestra madre, simplemente haréis lo mismo que ella y viviréis la misma vida que ha llevado ella, aunque la odies. Si no habéis resuelto o al menos clarificado los problemas con papá y mamá, estáis jodido.
No hay que perdonar al papá de ochenta años que tiene Alzheimer sino al de treinta años que te hizo daño. Hay que limpiar los filamentos.
Cuando tenemos un ex pasa lo mismo. Hay que cortar los lazos.
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En el pecho está el amor universal, la alegría, etc. Las emociones